2015 ha sido un año realmente interesante, y que mejor forma de acabar el año que con las V jornadas de innovación en efectividad de OPTIMA LAB. Parece que fue ayer, pero ya llevamos dos años haciendo realidad que trabajar en red de forma efectiva es posible. En esta ocasión, los pasados 17, 18 y 19 de diciembre regresamos al punto de partida del proyecto, el Campus Infantes del Euroforum en San Lorenzo de El Escorial, donde disfrutamos de un taller efectivo de trabajo en el que pudimos afilar el hacha para todo lo que se avecina en este ya 2016 que promete ser intenso.
Afirma Sennet que «hacer un buen trabajo es lo que marca la identidad primordial del artesano». Explica que esto conlleva mantener un diálogo abierto y constante entre las distintas prácticas que se llevan a cabo y el propio pensamiento. Cuando repites en el tiempo este proceso de diálogo (prefiero llamarlo conversación), se acaba desarrollando un hábito que de alguna forma establece un ritmo entre las soluciones y el descubrimiento de problemas, ritmo que sin duda permite crecer, evolucionar y además ser efectivos, poniendo de manifiesto dicha marca de identidad. Cuando estas conversaciones se producen en red, la diversidad y la inteligencia colectiva hacen aparición en escena, surtiendo un todo muy superior a la suma de las partes, fruto de la construcción en red. Mi sensación es que en OPTIMA LAB ya hemos desarrollado ese hábito que permite que la red productiva sea una realidad.
Las jornadas se desarrollaron sin planificación alguna (planificar caca), tan sólo trabajado como cada uno de los nodos que formamos parte de esta red productiva solemos hacer en nuestro día a día, es decir, por contextos. La experiencia está siendo realmente satisfactoria, ya que nos permite optimizar los recursos en cada momento del taller, consiguiendo un output realmente óptimo. Como comenta el maestro José Miguel Bolívar, un nuevo paradigma para la gestión efectiva de reuniones. Las herramientas de trabajo, sencillas: conversar, escuchar, colaborar y re[d]lacionarse. Es todo lo que usa un artesano. Y en cuanto a contenidos, si las anteriores jornadas las dedicamos a construir una identidad en red, éstas han servido para plasmar esa identidad en nuestra actividad profesional. Pronto podremos ver una nueva imagen de esa identidad. OPTIMA LAB continúa evolucionando, y formar parte de esa evolución renueva mi motivación día a día.
El ocio también tuvo cabida en las jornadas. Me quedo sin duda con las conversaciones en los paseos tras las comidas, y como no con la sensación en mi nariz y garganta tras degustar un fantástico Vindaloo en el «Tandoori Station». Tan sólo nos faltó ir al estreno de «Star Wars: The force awakens». Hubiese sido fantástico 😉
Como dice Eva Collado, «el verdadero éxito del 2.0 es acabar dando la mano en el 1.0, que es donde las cosas suceden, se materializan y ocurren». En el caso de OPTIMA LAB, esto ocurrió «a long time ago», pero lo mejor es que cuanto más tiempo pasamos en el 1.0, no sólo tejemos red sino también amistad, porque como dice el maestro David Sánchez «Sí, las redes sociales son geniales… Pero las personas son la caña».
Tenemos todo un año por delante para afrontar nuevos retos, desarrollar ideas, seguir aprendiendo, investigando y, en definitiva, seguir disfrutando de nuestro trabajo «ayudando a personas y organizaciones a ser más efectivas para lograr sus resultados por medio del aprendizaje basado en la experiencia y nuevas metodologías centradas en las personas».
Gracias Paz Garde por tus preguntas que invitan a pensar, Jesús Serrano por tu evolución, David Sánchez por tu sensatez, Cruz Guijarro por subirte al barco, Jerónimo Sánchez por tu calma y José Miguel Bolívar por tus constantes desafíos que nos invitan a la acción, y sobre todo gracias por mantener vivo este proyecto lleno de sentido, mediante el compromiso sin ningún tipo de «depende». Un fuerte abrazo. ¡Nos vemos en las próximas jornadas!