Si estás planificando un proyecto es porque seguramente no conoces o bien la totalidad o parte de los pasos que has de dar para conseguir el resultado que persigues. Probablemente te encuentres ante un proyecto no evidente. En la última entrada de esta serie dedicada a profundizar el mundo de los proyectos en GTD os hablaba del primer paso de la metodología de planificación natural, que consiste básicamente en dotar de sentido al resultado que te has comprometido a alcanzar. Consiste en definir el propósito, en definitiva, construir una brújula que nos sirva como herramienta de orientación durante todo el camino que tendremos que recorrer en nuestra planificación, y seguramente durante el transcurso a través de todo nuestro proyecto.
El siguiente paso dentro de la metodología de planificación natural consiste en acceder a nuestra conciencia. Sí, tal como suena. ¿Y cómo se hace esto que además suena muy ZEN? Pues resulta sencillo, simplemente se trata de poner a trabajar uno a uno de los recursos más valiosos que dispone nuestro cerebro. El sistema de activación reticular, que de ahora en adelante denominaré SAR. En el año 1957 se descubre que nuestro cerebelo tiene una formación reticular, hecho que le confiere una serie de propiedades realmente maravillosas. Básicamente el SAR permite que cuando estamos enfocados en algo, se ponga en marcha un sistema de percepción de ideas e información que resultan tremendamente útiles para vivir. El SAR es el responsable de que seamos capaces de oír una conversación cuando por ejemplo estamos en un local muy ruidoso. Que escuchemos el llanto nocturno de nuestro hijo mientras estamos descansando y por tanto nos despertemos, o que nuestros sentidos presten atención a algo concreto y no a todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Es como un interruptor que se activa a través de nuestro enfoque.
La imaginación es más importante que el conocimiento. Albert Einstein
El segundo paso de la planificación natural de proyectos consiste básicamente en poner a trabajar nuestro SAR. Me gustaría recordar que una de las mejores formas de conseguir enfoque cuando hablamos de resultados es escribirlos como alcanzados en nuestra lista de proyectos. Tener una representación anticipada del resultado permite conseguir que aumente nuestro nivel de enfoque respecto al mismo y que se genere además cierta vinculación emocional que inevitablemente nos llevará a la acción.
Imagina que tu resultado es el siguiente: “Compartiendo mis experiencias en mi blog personal.” Imagínate ahora que eso ya ha sucedido de forma exitosa, que ya has tachado tu resultado y por tanto lo has alcanzado. ¿Qué está pasando? Por ejemplo, que te ves compartiendo contenidos sobre tus experiencias en tu web, comentando con tus lectores, te invitan a colaborar en otras webs, etc. Lo que estás haciendo con este ejercicio de visualización es clarificar tu resultado.
No comprenderás cómo se hace algo hasta que te veas a tí mismo haciéndolo. David Allen
Una de las habilidades que has de desarrollar en la era del conocimiento es la de aprender a definir bien tu trabajo. Parte de ello consiste en definir correctamente tus resultados. El segundo paso de la planificación natural te permite ganar claridad. Con ello verás que la lente con la que lo miras se desempaña, y puedes verlo todo con mayor nitidez.