Sin duda alguna, la clave del cambio está en la mejora y el crecimiento continuo, y, como he aprendido de mi maestro y amigo José Miguel Bolívar, la clave está en la tendencia. Según la RAE, tendencia significa «fuerza por la cual un cuerpo se inclina hacia otro o hacia alguna cosa». Aplicada esta definición al comportamiento humano, podríamos decir que la tendencia es la «inclinación o disposición natural que una persona tiene a comportarse de una forma determinada». Procrastinar es precisamente esto, la tendencia irracional a dejar las cosas para más adelante. Como veremos, esto es algo que se puede cambiar.
La clave para asegurar que se cambia la tendencia hacia no procrastinar está en la incorporación de nuevos hábitos, mediante el empleo de Micro Acciones Sostenidas Sostenibles (MASS), elemento clave de la metodología de efectividad personal OPTIMA3®. La propuesta que hace José Miguel Bolívar es «reducir la intensidad del cambio, dedicando ese esfuerzo a asegurar la constancia en el cambio, es decir, reducir al máximo la fricción del cambio, haciéndolo sostenible, de tal forma que dicho cambio pueda ser sostenido durante mucho tiempo». Sin duda alguna, una aportación de gran valor para la efectividad personal.
Nuestro cerebro está hecho para procrastinar, de ahí la necesidad de conocer su funcionamiento para mantener a raya nuestro autocontrol. El comportamiento impulsivo es el resultado del desequilibrio entre nuestros sistemas de pensamiento frío y caliente. La clave para equilibrar estos dos sistemas está en uno de los hábitos compuestos que propone OPTIMA3®, enfriar el pensamiento, que sencillamente implica controlar nuestro sistema caliente para darle más protagonismo a nuestro sistema frío. GTD® incorpora técnicas y mecanismos que permiten enfriar el pensamiento. Por otro lado, OPTIMA3® desarrolla esos mecanismos incorporando otros como las MASS.
Como afirma Piers Steel, «la procrastinación en sí no radica realmente en la dilación, sino en el hecho de decidir». Cuando tomamos decisiones emocionales, solemos hacerlo casi siempre de espaldas a la realidad. Cuando tomamos decisiones desde el punto de vista racional, basadas en informaciones útiles y relevantes, los resultados son radicalmente diferentes, consiguiendo además, invertir la tendencia hacia la procrastinación.
La procrastinación no es y nunca será algo bueno, ni podemos aprovecharnos de ella para nada, ni aportará nunca nada positivo a nuestra vida. Procrastinar es un hábito no deseable. Jerónimo Sánchez
Una de las situaciones que caracterizan al trabajo del conocimiento es que, por definición, siempre hay muchas más cosas para hacer que tiempo para hacerlas. Sin duda un buen caldo de cultivo para la procrastinación, ya que nuestra atención se verá mucho más perturbada, conduciéndonos además a situaciones de mucha tensión y estrés. La consecuencia directa de esta situación es que, sí o sí, han de quedarse cosas sin hacer. Tomar decisiones correctas respecto a qué hacer y qué no, además de definir el trabajo de forma que el cerebro lo perciba como tachable, como se hace en OPTIMA3®, juega un papel fundamental en nuestra efectividad personal y también en el cese de la procrastinación, ya que estamos facilitando al cerebro el proceso de toma de decisiones mediante un proceso objetivo de definición de nuestro trabajo.
Como pudimos ver en este post, la motivación juega un papel fundamental en la procrastinación. De ahí la importancia de cambiar también la tendencia hacia aquello que realmente nos motiva a día de hoy. Como afirma Daniel Pink, las personas nos sentimos motivadas cuando disponemos de autonomía, es decir, disponemos de la capacidad de tomar nuestras propias decisiones. También nos motivamos cuando experimentamos maestría, es decir, sentimos y experimentamos que somos buenos en lo que hacemos y, por último, cuando encontramos el propósito de lo que hacemos. Desarrollar estrategias en dirección a estos tres elementos invertirá nuestra tendencia a la procrastinación, ya que además de aumentar nuestra motivación, nos permitirá mantener equilibradas nuestras expectativas mediante la generación de autoconfianza y optimismo, influyendo todo esto en nuestras decisiones y comportamientos.
Cómo empiezas es muy importante, pero lo que te llevará a dónde quieres llegar es lo que seas capaz de hacer de forma consistente a lo largo del tiempo. José Miguel Bolívar
Los frutos se van recogiendo durante el camino. Cuanto más largo sea el camino más frutos podrás recoger. Procrastinar es un hábito irracional, una tendencia inconsciente, una tendencia que se puede cambiar, porque el antídoto de la procrastinación se llama efectividad personal.